A finales del 2014, Rip y Pedro y el Lobo pedimos a músicos y bandas que donaran canciones para crear un disco en solidaridad con las familias de los estudiantes de Ayotzinapa.
Poco a poco, nuestros correos electrónicos se fueron inundando de música llena de mensajes de apoyo, protesta, amor, dolor y toda la combinación de sentimientos que una injusticia como la desaparición de los normalistas provoca. Se fue creando una colección de voces, que desde su arte y creatividad, se suman a la de los familiares para mantener viva y relevante una causa que no tiene por qué desvanecerse jamás. Al final del día de eso se trata De Vuelta A Casa.
Este disco toma forma, entendiendo que la palabra “cambio” puede dejar de ser manoseada, ¿cómo? a través de las pasiones de cada persona, que en nuestro caso, es el arte, la literatura y la música.
Ayotzinapa es una tragedia que como tantas otras, no se puede ni se debe olvidar. Debemos dejar la comodidad del olvido y hacer un justo homenaje a la memoria. Ayotzinapa volvió a despertar a nuestra sociedad aletargada, y hoy el 43, dejó de ser solamente un número primo para volverse un símbolo que representa a todas las desapariciones forzadas, asesinatos y violencia de parte del Estado; tanto en nuestro país, como en otras geografías.
La creatividad es el árbol que puede reunir nuestras raíces como sociedad. Unirnos y no dividirnos, crear y no destruir. El arte es el medio para catalizar nuestro enojo y nuestras demandas, para entender de forma inteligente nuestras subjetividades y nuestras diferencias; así construir. Las artes tienen la habilidad de no quedarse en lo racional, sino emanar a lo espiritual, de encontrar el “cómo” y trascender el “qué”.
Este disco representa a la música por sí misma: una sincopa que acentúa nuestra indignación pero también nuestro cariño y sensibilidad para con los familiares, y aún si ésta se escribe en forma de silencio, no es porque no estemos presentes, sino porque estamos haciendo un contratiempo, es decir, tratando de encontrar otro tiempo posible para dibujar un mundo distinto, un movimiento continuo hacia la acción y no hacia la pasividad.
El diseño de la portada fue hecha por el colectivo Rexiste, quienes sin duda aportan una calidad visual y estética que lleva mucha esperanza, también alegría y sobretodo protesta bien encausada.
*El álbum se puede adquirir en devueltaacasa.org desde cualquier precio, partiendo de 10 pesos, y en todas las tiendas de música digitales y servicios de streaming.
Todo el dinero recaudado de la venta de De Vuelta A Casa va directamente a la cuenta oficial de los familiares y amigos de los 43 + estudiantes desaparecidos.
La narrativa de De Vuelta A Casa, reafirma que cada canción entiende una forma de protestar que no está únicamente copada por el duelo, el coraje o la indignación, sino también está llena de ternura y de cariño, de alegría y de la construcción de una esperanza real y en movimiento.
La selección de este disco no deja de ser subjetiva, pero es esta la iniciativa que estamos poniendo sobre la mesa, para que tod@s desde nuestras profesiones y pasiones, podamos sumar y fracturar el muro de la violencia y la injusticia.
Está bien si no quieres salir a marchar, está bien si no haces un disco, hay otras formas también de manifestarse y sensibilizarse con vistas a formar un cuerpo colectivo. Es allí cuando preguntamos: ¿cuál es tú forma?
